OS PRESENTO #SANIDADDESNUTRIDA

Admito que el título es algo pretencioso, el hecho de suponer que seré yo quién os explique qué es #SanidadDesnutrida, puesto que desde hace unas cuantas semanas, colegas de profesión se han entregado a su difusión en redes sociales, prensa y en sus propios blogs.

Como os digo, es probable que a estas alturas hayáis leído este hashtag. Hace referencia a una iniciativa de Dietética Sin Patrocinadores (DSP), para poner sobre la palestra la importancia de incluir especialistas en nutrición titulados, Dietistas – Nutricionistas y Técnicos Superiores en Dietética en el sistema público de salud. DSP es un colectivo que cada día gana adeptos entre profesionales de la nutrición y población en general. Se trata de una asociación de dietistas – nutricionistas principalmente, con un objetivo común: ofrecer al público información fiable sobre nutrición, al margen de la influencia de la industria alimentaria.

Bien, pues la iniciativa que nos ocupa, trata de la movilización de la población, así como los profesionales implicados para este fin. Para ello han convocado una manifestación el domingo 10 de mayo en Madrid, frente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a las 12:00 horas, en la que expondrán la ya mencionada reivindicación. También durante semanas, los blogs más importantes en alimentación a nivel nacional  han ido escribiendo artículos bajo el título: Blogs Desnutridos.

¿Por qué se hace esta petición?

Según el último informe de la OMS sobre Salud Mundial, ¾ partes de la población muere por causas relacionadas con el estilo de vida, una causa más fuerte que las enfermedades transmisibles, la desnutrición o los condicionantes genéticos. Siendo  la alimentación uno de los pilares del estilo de vida.

En este marco de salud pública, la mayoría de los sistemas sanitarios en general, y el nuestro en particular, lleva a cabo acciones mayoritariamente a favor de la curación, y no de la prevención. Además nuestro país es el único de su entorno que no incluye entre sus filas a este tipo de profesionales.

Entre las razones más importantes que hacen aumentar la demanda de profesionales de la nutrición están:

  • Un aumento importante de la obesidad infantil, por razones que abordaremos en próximos artículos, un niño obeso es un adulto obeso. Además de las comorbilidades que implica para vida del niño y en la del futuro adulto.
  • Un aumento importante del grado de medicación en enfermedades nutricionales muchas veces de forma precipitada.
  • En nuestros hospitales los pacientes ingresados se desnutren, es una realidad, reciben el tratamiento farmacológico adecuado, así como las intervenciones precisas, pero su estado nutricional se deteriora con los días de ingreso, condicionando gravemente la evolución de la enfermedad o la aparición de una recaída.

Mi opinión al respecto:

La prevención en la obesidad y el tratamiento en obesidad infantil, clave para la salud de un país
La prevención en la obesidad y el tratamiento en obesidad infantil, clave para la salud de un país

Puede parecer que como nutricionista de una consulta privada en la que he invertido todas mis ilusiones, trabajo y esfuerzo, esta petición fuera como “tirar piedras contra mi propio tejado”. Lo cierto es que una parte de nuestros pacientes quedaría cubierta por la sanidad pública, pero también, que poner el nombre de nuestra profesión dentro del personal sanitario de acceso gratuito le aportaría al colectivo el nombre y la presencia que, a mi entender, injustamente no se le concede. Además en nuestras consultas se hacen otras muchas cosas que no son prescribir dietas, se hace educación nutricional, se trabaja con niños y adolescentes en talleres, charlas… nutrición deportiva ,nutrición infantil…

En muchas patologías la asistencia nutricional es imprescindible, enfermedad renal, cáncer o afecciones cardiovasculares principalmente, incluso los dolores articulares a partir del sobrepeso. Su intervención puede ser clave en el tratamiento, en la mejora de la enfermedad o en la respuesta a la medicación. Todas estas personas que precisan de un profesional de la nutrición, hoy por hoy, deben disponer de ingresos para costearse el tratamiento dietético en una consulta privada, pudiendo parecer que el acceso a un servicio que pueda condicionar en gran medida su salud es sólo para unos pocos. Por ello es una cuestión de justicia social, no es lo mismo elegir colocarse una ortodoncia que reducir potencialmente el riesgo de infarto, por ejemplo.

En la actualidad el profesional que realiza estas tareas es el médico, o la enfermera en algunos casos, cuya profesionalidad no pongo en duda, pero no es su función ni su formación, y entre sus ya saturadas competencias no debería de estar el de gestionar un tratamiento dietético. Pero es algo que ya traté en otro artículo. 

Sí además hacemos números, hablamos de un ahorro económico, el que subyace de evitar tratamientos farmacológicos prolongados y mantener pacientes polimedicados durante años por enfermedades nutricionales, cuya solución podría empezar por comenzar a cambiar de hábitos, perder peso, o incluso hacer al paciente reflexionar sobre sus propios hábitos, algo mucho más barato. Más barato para nosotros como sociedad, pero… ¿para la industria farmacológica? Y… ¿para la alimentaria?

Siguiendo con el coste económico, las hospitalizaciones prolongadas conducen en su mayoría a un deterioro del estado nutricional del paciente, a veces por causas bastante inevitables y otras totalmente evitables. En el caso de mantener un exhaustivo control sobre la alimentación de los ingresos, así como evaluaciones del estado nutricional de los mismos, los días de ingreso se reducirían, así como la probabilidad de recaídas. Si no lo miramos por la salud, ni por justicia social, miremos nuestro bolsillo.

A continuación un ejemplo muy real y que he visto en repetidas ocasiones:

«Un paciente con valores altos de tensión arterial, niveles lipídicos en sangre o mal control de la glucosa, al que el médico ha recomendado “Dieta Mediterránea”, sin más indicaciones, o cómo mucho, lo que nosotros llamamos “dieta del cajón”, cuya personalización o adaptación al paciente se reduce a 0, es la misma fotocopia que sale del cajón varías veces al día para varios pacientes distintos, con historias distintas, cuyo único título es la cantidad de calorías que se le suponen. Transcurridas las semanas y sin mejora evidente el facultativo decide prescribir un tratamiento farmacológico destinado a la erradicación del mal. Entonces esa persona toma la decisión de perder peso con el profesional correspondiente y se da cuenta de que sus alarmantes valores que sólo se reducían con la medicación están ahora mucho mejor controlados y sin embargo las pastillas impuestas son ya de por vida. Es probable que en el caso de haber dado un soporte nutricional de calidad, estos pacientes no estarían lamentando estar sujetos a una medicación que podía haberse evitado.

Reconozco que no creo que estemos preparados económicamente para asumir un seguimiento como el que podemos realizar en una consulta privada, pero sí suficiente para reducir nuestros problemas nutricionales, costes sanitarios, y prestar asistencia nutricional gratuita para todos. 

Opiniones las hay para todos los gustos, os invito al debate, y a la reflexión por las dos partes.

4 opiniones en “OS PRESENTO #SANIDADDESNUTRIDA”

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