El intestino grueso está conformado por: ciego, colon ascendente, colon trasverso, colon descendente, sigma y recto, y está situado anatómicamente en la parte media del abdomen, formando una especie de marco sobre el intestino delgado. La función del mismo es la absorción de agua y sales minerales en los primeros tramos, completando la compactación de las heces, y favoreciendo la relajación de los esfínteres encargados de la defecación en el último. Las capas que lo conforman, desde dentro hacia fuera son: mucosa, submucosa, serosa y muscular. Disculpad esta pequeño repaso de anatomía, fisiología e histología, pero creo que es importante ponernos en situación para comprender correctamente los factores de riesgo y protectores.
El cáncer colorectal (CCR), se origina en un adenoma alojado en la mucosa, cuya evolución varía: crece hasta las capas más exteriores, pudiendo llegar a tocar otros órganos ajenos, puede producirse una diseminación linfática (atravesar los ganglios alojados en el colon), o una diseminación hematológica (pasar a la sangre). Este proceso tarde unos 10 años, es por ello que la detección precoz es clave.
Retomando el primer párrafo:
- Aumento de su incidencia (número de casos nuevos en un tiempo determinado): entre los hombres es el tercer tipo más frecuente (tras pulmón y próstata), y entre las mujeres el segundo (después de cáncer de mama). La edad más frecuente de aparición son los 70-71 años, aunque puede aparecer en gente más joven.
- Importancia de la detección precoz: se trata de un proceso que puede durar años, y que no siempre concluye en enfermedad. Las pruebas de diagnóstico comienzan por un examen para la detección de sangre en las heces, que en caso de positivo, se completa con una colonoscopia para confirmar o desestimar el diagnóstico.
Por ello, en un tiempo de desarrollo tan largo, la prevención es clave, y entre las medidas preventivas, (además del abandono del tabaquismo, o un estilo de vida saludable) destaca el impacto de las medidas dietéticas. Especialmente importantes para quienes tienen antecedentes familiares o propios de CCR.
Como ya os he dicho alguna vez, recordar que ningún alimento tiene la capacidad de producir o eliminar por completo el riesgo de pacer cáncer en sí mismo. Sino que es la confluencia de un conjunto de factores los que pueden conducir a ello. La existencia de alguna supuesta dieta o alimento anti-cáncer es falsa, que no os engañen.
MEDIDAS DIETÉTICAS:
Fibra:

La primera y más importante recomendación es procurar una ingesta de fibra suficiente, superior a los 25 gramos. ¿Pero cuanta cantidad es eso? La respuesta es muy sencilla, mucho más de la que tomas, seguro. Cómo ya he dicho, es en la última región del intestino dónde se almacenan las heces, estas producen unas sustancias potencialmente cancerígenas, si permanecen mucho tiempo ahí alojadas la producción es mayor. Con la introducción de fibra se reduce el tiempo de “espera” y se ayuda a la eliminación de las sustancias ya formadas.
Especial importancia tiene el butirato: un tipo de ácido graso derivado de la fermentación de la fibra en el colon. La mucosa del colon precisa de una continua renovación, y cuanto más debe de reponerse/ recuperarse un tejido, mayor es el riesgo de que se produzca un error en su multiplicación, por tanto es clave “la presencia de algún policía encargado de que se mantiene un correcto orden en esta reposición celular”. Esta es la función del butirato, que actúa: deteniendo la formación de colonocitos (células del colon) neoplásicos; mejorando la diferenciación de las líneas celulares correctas; y ayuda a la “expresión de genes protectores”.
Además de otras dos razones que habitualmente se menosprecian:
- Un alto consumo de fibra suele desplazar a otros alimentos menos recomendables en el patrón dietético;
- Los alimentos ricos en fibra, contienen además otras sustancias potencialmente protectoras.
A estas alturas sobra recordar que la fibra sólo aparece de forma natural en productos de origen vegetal (sé qué es muy obvio pero cualquier día nos venderán filetes con fibra, …ya lo hacen con la leche…) por lo que el resto de alimentos si lo contiene, o si lo reza su envase, será de forma artificial, con lo que su biodisponibilidad y calidad dista mucho de la que sería en el caso de ser natural.
Fuente: cereales integrales, legumbres, harinas integrales, frutos secos, hortalizas, frutas…
Frutas y verduras:
Sólo con un consumo diario de al menos 5 raciones de fruta y verdura al día cumplimos con la recomendación de un montón de vitaminas y minerales y de fibra. Me choca en gran medida cuando veo, o alguien me cuenta que compra tal producto porque en la caja pone que contiene X vitaminas, siendo esto causa de un aumento en el precio final. O bien ya lo contenía, o bien se le ha añadido como en caso anterior de la fibra. Con lo rico, barato y saludable que es disfrutar de vitaminas y minerales por doquier en su forma natural…
Son fuente de carotenos, selenio, vitamina E, ácido fólico, vitamina C y otros micronutrientes, con efecto antioxidante y protector frente al cáncer. No existe evidencia de que la ingesta de suplementos a partir de estos micronutrientes favorezca la prevención de cáncer (excepto en el caso del ac. fólico). Es por tanto en su forma natural cuando su efecto se produce.
Carnes rojas:
Una medida común a la prevención de todos los tipos de cáncer, es la reducción de la ingesta de carnes rojas, derivados cárnicos y embutidos. Implicada en la formación de complejos y sustancias cancerígenas derivadas de su digestión, que empeoran según la técnica de cocción. Además de por el desplazamiento que supone otros alimentos saludables un consumo elevado de estas.
Calcio:
En este caso los estudios no son concluyentes, parece que podría tener un efecto protector, que podría favorecer la eliminación de ciertas sustancias con capacidad mutagénica.
…Y de nuevo el ejercicio físico y un estilo de vida saludable:
Debe de insistirse en la importancia de acostumbrarnos a sacar un rato diario, como lo sacamos para ver la televisión, echar una siesta o tomar una caña no vamos a dejarlo de repetir. En este caso se fundamenta en la reducción del estreñimiento (ya hemos visto que evitarlo es clave) por ayudar a la regulación del tránsito intestinal.
De acuerdo que es un asunto con el que estar alerta, pero la alarma social deja de tener sentido cuando las medidas protectoras pierden adeptos ignorando su capacidad de prevención.