Habitualmente la gente piensa de los nutricionistas que llevamos una alimentación súper controlada, y que somos como una calculadora de calorías. Bien pues esta imagen poco tiene que ver con lo que en realidad la mayoría de nosotros hacemos.
Yo siempre digo que no hago dietas, parece algo imposible y contradictorio ¿verdad? Es cierto que muchas de las personas que acuden a nosotros lo hacen para perder peso, y por ello necesitan un cambio en sus hábitos, pero la pérdida de peso debería de ser una consecuencia de poner en orden los hábitos y no un objetivo.
Existen muchos tipos de personas con sus circunstancias, sus horarios, sus gustos, su metabolismo… y por ello la pérdida de peso no es sólo una cuestión de aumentar la demanda energética y reducir el aporte, va mucho más allá de contar simplemente calorías. Ese es uno de los primeros errores que comete quienes lo intentan.
En las últimas semanas me sorprendió escuchar a unos niños de a penas 10 año hablando de si esto tenía más calorías o menos y si prefería tal alimento porque mamá decía que era light. Me sorprende mucho haber llegado hasta el punto de que un niño pueda manejar estos conceptos, es probable que no haya visto una huerta nunca o que lo más cercano que esté de algunas verduras sea el pasillo de las conservas o congelados del supermercado, y sin embargo, con sólo 10 años sabe el valor de una caloría, si un alimento tiene más o menos de que calorías recortar y sobre cuales ignorar su existencia.
Si de cuestión de calorías se tratara, bastaría con dar a la población una tabla de composición de alimentos y esperar que la interprete. Lo importante en alimentación es procurar alimentos de alta calidad nutricional que constituya una alimentación a favor de la salud, no de si este alimento tiene 20 o 50 calorías más. Os pongo un ejemplo: un plato de sopa preparada, (el vasito con fideos y algo similar a verduras), tiene unas 210 Kcal, similar a unas 6 nueces, sin embargo los beneficios para la salud derivados del consumo de cada uno poco se parecen.
Como no tengo ninguna intención de enseñaros a contar calorías, lo que puedo hacer por vosotros es daros algunas claves, no para no coger peso (hay vida más allá de no engordar o adelgazar) sino para mejorar vuestra forma de alimentaros. Y cómo ya me conocéis un poquito imaginareis que poco tiene que ver con las palabras light, desnatado y similar.
- Puedes sustituir el pan de molde de la tostadas por un trozo de pan que te sobre del día anterior. Si tienes un/a panader@ de confianza evita el pan de molde de bolsa, por muy integral que aparente ser. Lo que le pongas encima ya es otro tema…
- Hazte con una buena sartén anti-adherente y necesitarás menos aceite de adicción, procurando preparaciones más ligeras. Opta por un difusor de aceite para añadirlo, y te ahorrarás una gran cantidad.
- Elimina cremas, natas, quesos crema de tus cremas de verduras y salsas. Opta por saltear las verduras primero hasta que adquieran un tono dorado, incluso añádeles semillas (lino, chia, sésamo, frutos secos…) y así conseguirás todo el sabor y textura que esperabas de la crema.
- Controla tus ensaladas: de estas ya hemos hablado, sobre aderezos e ingredientes así que no seré pesada de nuevo, aquí os dejo el enlace.
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Para aderezar pescados y verduras, no cometas un crimen gastronómico usando mayonesas y similar, prueba a darle un toque de sabor con un aceite aromatizado con pimentón, con alguna hierba aromática, con aliños de limón o naranja, pero mayonesa… ¡no hombre no!
- Si quieres un tentempié sano toma una fruta, un yogur o unos pocos frutos secos, ahórrate tortitas con sabor a corcho con más azúcar del que con mucho esfuerzo has conseguido ahorrarle a tu café.
Además de cuidar los alimentos algunos hábitos también pueden ayudarte:
- Si piensas: «yo no como cómo para estar así», diseña una tabla para 2-3 días, con lo que comes (horas, cantidad, preparación…) y la actividad física que haces. Puede que ahora infravalores tus ingestas, así aprenderás sobre ti mismo, tus impulsos, las horas que más hambre tienes, etc. Sin duda, una gran herramienta de la que tomar nota y mejorar tu alimentación.
- Si eres de los que haces ejercicio por el simple disfrute y la mejora de tu saludo (no por razones deportivas) procura no extralimitarte en el gimnasio, a veces el hambre voraz y el desgaste que implica es desmedido, acostúmbrate a llevar algún tentempié (punto 6) y no llegarás a casa asaltando el frigorífico.
- Cenar pronto es mejor para la digestión, pero no te pases de pronto, mal vamos si esto te obliga a hacer una recena (generalmente de alimentos poco recomendables) que de cenar un pelín más tarde te podrías ahorrar.
- Intenta probar alimentos diferentes, si te gusta incorpóralo a tu alimentación, si no te gusta no repitas. Habitualmente nuestros carros de la compra son siempre iguales, una dieta más variada (siempre que variemos en lo que debemos, que nos conocemos…) nos asegura un mejor aporte de todas las vitaminas y minerales que necesitamos.
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- Hazte con algunas plantas aromáticas en la cocina, te descubrirán nuevo s sabores y además entre otros beneficios reducirás u consumo de sal
No compres comida poco sana, está claro que sí no está en casa, la tentación no descansa en la nevera ni en la despensa. Muchas veces las comemos por hecho de estar, ni siquiera por hambre.
- Planifica las comidas, la improvisación suele llevarnos a comer siempre lo mismo, usar alimentos rápidos y picotear.
Como veis no he hablado de calorías en ninguno de los puntos, simplemente pequeños gestos que harán tu alimentación más saludable, no engordar más ni adelgazar, simplemente comer mejor.
pdt: aprovecho para apuntar que es normal que se cojan 5 kilos en Navidad, si los turrones hace semanas que acechan ya, sed prudentes, todo cuenta, que no se empieza a engordar a partir del 24 de diciembre sólo por ser Navidad.
Interesante artículo para ponerlo en práctica desde ya.