– ¡Buenos días Rosa!
– ¡Buenos días Doctor!
– Rosa, tenemos hablar de tus niveles de azúcar. Verás tu última analítica revela que tienes diabetes tipo 2, tus niveles de glucosa, que es así como se llama el azúcar en sangre, así como los de hemoglobina glicosilada, corresponden a los de una persona con esta enfermedad.
– Pero doctor, todo esto que me está contando me suena de nuevo.
– Tienes que adaptarte y aprender a controlar tu azúcar en sangre, porque de ello dependerá tu salud futura.
– ¿Pero doctor y que me puede pasar?
– A partir de hoy comenzarás un tratamiento crónico para ayudarte a controlar esos niveles de azúcar en sangre por debajo de los que tienes ahora.
– ¿Así, sin otra solución? ¿Y cómo he podido llegar hasta aquí?
– Rosa hace tiempo que te he vengó diciendo que bajes de peso, y finalmente hemos llegado a una situación irreversible.
– Doctor, pero usted me dijo que mi peso era alto, nada de que pudiera poner en peligro mi salud, ni siquiera me mostró como hacerlo ni como conseguir que no siguiera subiéndome el azúcar.
– El caso es que llegada esta situación la única manera de ayudarte es facilitarte unos cursos que te enseñen el manejo de la insulina y así impedir que esta situación vaya a más.
(…)
– No puedo entender como he podido llegar a esto, se trata de algo grave y para toda la vida. Según lo que he visto en Internet lo que me pasa es que mi cuerpo no es capaz de bajar los niveles de azúcar en sangre y el páncreas que es el encargado de desarrollar esta labor mediante la insulina, esta sobresforzado, incluso puede ser que a estas alturas esté al límite de su capacidad. Por lo visto existen más tipos de diabetes, la tipo I, que debe de pasar por ser el propio cuerpo el que ataca al páncreas. Y la que les ocurre a las embarazadas.
(…)
– ¡Hola Mamá! ¿Qué tal el médico?
– Hija, siéntate, tengo que contarte algo. ¿Recuerdas que últimamente me pasó el tiempo haciendo pis y bebiendo agua? ¿Y qué no paráis de reñirme por que me pasó el día comiendo?
– ¡Cómo no lo voy a recordar! Mamá, vengo observando que cada año subes progresivamente más de un kilo en la báscula. Lo que no me explico es como no hemos podido ponerle remedio antes.
– Verás hija, me ha dicho el doctor que soy diabética. Yo pensaba que hacia todo lo que tenía que hacer: desayuno cada día sólo 4-5 galletas de esas grandes integrales, con el zumo de naranja y el café, salgo a andar cada mañana 40 minutos con las amigas y sólo compro cosas light y desnatadas.
– Pues está claro que en algún punto se nos esta escapando. ¿Qué va a pasar ahora?
– De momento tengo que aprender a manejar la insulina, y el medidor y tengo una consulta con el oftalmólogo, además tienen que revisar mi corazón y mis riñones.
– ¿Pero mamá también te pasan más cosas?
– No hija, es frecuente que con la diabetes aparezcan fallos en esos órganos y es por eso que necesito urgentemente bajar el azúcar. Me despido del azúcar ahora usaré edulcorantes, adiós a las frutas como el plátano y las uvas, pero mucho más no se qué hacer…
Este relato es ficticio, pero la historia de Rosa podría ser perfectamente la de muchos pacientes que me encuentro en consulta. «De repente» se encuentran con una enfermedad crónica, que claramente empeora su calidad de vida, sujetos a una medicación muy seria, y se preguntan como han llegado a tal punto. Es lógico que personas, como sería el caso de Rosa, tengan estas dudas, dado la desinformación, a pesar de la alta prevalencia y el nivel de bombardeo publicitario al que está expuesto el consumidor.

El sobrepeso está fuertemente relacionado con la diabetes tipo II, en la mayoría de los casos, de haber eliminado este factor de riesgo podría haberse evitado el tratamiento farmacológico, ese que esta pensado para vivir con la enfermedad y no para luchar contra ella.
Habitualmente cuando los diabéticos llegan a la consulta de atención primaria se les enseña a manejar la medicación, en vez de haberles ayudado en un primer momento a perder peso, y una vez diagnosticado se les enseña el manejo de la insulina exógena, en vez de educarles para minimizarla. En el mejor de los casos, salen de allí con lo que los nutricionistas llamamos la dieta del cajón, que poco o nada tiene que ver con algo que se ajusté a la persona.
Sobre el manejo nutricional de la diabetes, en la actualidad existe un debate, mientras que hemos pasado años recibiendo el mensaje de que una reducción drástica en las grasas conducirá a la pérdida de peso, mientas se buscaban alternativas al azúcar común y a los productos tradicionalmente azucarados, sin media intención de reducir el macronutriente realmente implicado, que son los hidratos de carbono. Pero claro, para llegar hasta esto es necesario conocer exactamente lo que come el paciente, su estilo de vida…, así como observar su relación con los niveles de glucemia.
Otra de las cosas que siempre se ha dicho es lo importante que es la actividad física, y por ello llenos de buenas intenciones confiaban a la actividad de caminar, la pérdida de peso y el control del azúcar en sangre, en nuevo un mensaje erróneo, ya que caminar es un fantástico ejercicio de salud pero totalmente insuficiente para ninguno de los objetivos anteriores.
Es, por tanto, imprescindible, en primer lugar la prevención, pero por desgracia en este país siempre llega demasiado tarde, cuando ya se le ha impuesto al diabético un tratamiento de por vida, que supone un impacto de salud y social muy importante, además de un alto coste sanitario. Es en este caso el que la dieta necesita de un ajuste total de la alimentación para mejorar la calidad de vida, algo que es totalmente imposible sin la ayuda de un profesional que estudie el caso y enseñe al paciente a tratar su diabetes.
Hoy se celebra el día mundial del dietista nutricionista, bajo la organización del CGDN, con el lema #cerodiabetes. Además de informar a la población de prevención, consecuencias y aclarar mitos a la población sobre la diabetes, es el mejor día para proclamar el nombre de esta profesión. No conozco a un sólo nutricionista que no lo sea por vocación, y de entre todos los campos en los que esta profesión debería de estar presente falla en el más importante; la atención primaria. Reclamad dietistas- nutricionistas en el sistema de salud, merece la pena la prevención.
De momento sí sois diabéticos o conoceís alguien que lo sea, buscad en este enlace, vuestro nutricionista más cercano, que como somos así de majetes, os ofrecemos una consulta gratuita.

Día del Dietista-Nutricionista
Hola,yo soy una de las muchisimas personas ,cuyo medico de la seguridad social daba la dieta del cajon y sin mas soluciones.Por supuesto nunca me funcionaron me converti en un yoyo,hasta que fue tarde y mi cuerpo hizo de mi una diabetica tipo 2.Ahora me dan una medicacion para adelgazar «ahora»que funciona ,pero ademas estoy condenada de por vida a tomar mas medicacion de la que quisiera.Ahora me proponen para una cirugía bariometrica «ahora».