Esta profesión y mi vida personal, me acerca cada dia a esta enfermedad.
Sin duda, aunque entre las tres comparten parámetros bioquímicos y de tipo metabólico o endocrinológico, también parte del tratamiento nutricional; los años me han enseñado que el enfoque emocional y el abordaje de la educación nutricional es muy distinto.
Diabetes I: aqui el apoyo familiar es imprescindible, no olvidemos que la mayoría de las veces se diagnostica en nilos y adolescente, a los que la vida les cambia (y a sus familias) teniendo que asumir una serie de renuncias y riesgos, a pequeños que ni entienden el porque de su mal.
Cierto es que el desarrollo de bombas y otros dispositivos les facilita las cosas, pero requiere un gran compromiso y formación que casi siempre asumen y sacan adelante.
Falta sensibilización y formación del entorno, para dar a estos chicos la sensación de seguridad que merecen.
Diabetes II: muchas veces aparece como desarrollo de otros factores de riesgo como la obesidad, la resistencia a la insulina previa o unos malos hábitos. También a veces consecuencia de tratamientos farmacológicos y otras circunstancias de salud. Es importante hacerle consciente al paciente de la situación (que no culpable) y educar en nuevos hábitos y una pauta de actividad física regular.
🤰 Con demasiada frecuencia veo las malas indicaciones que sufren estas madres. Yo entiendo que los médicos tienen una gran formación en muchos aspectos y por eso no pueden abarcar todo, siendo en muchas ocasiones la nutrición un área menor, pero por favor, si no es posible hacer un reciclado formativo, deleguen en D-N.
Muchas veces un exceso de presión con la toma de registros o una mala gestión nutricional vienen a completar este mar de dudas. ¡Chicas no estáis solas!
