INGREDIENTES:
- 2 remolachas medianas
- 1 manzana Granny Smith
- Queso burrata
- 4-6 Langostinos frescos
- Aceite, vinagre, sal
PARA DECORAR:
- Semillas sésamo negro
- Espinacas frescas
- Aceite de oliva
- Lima rayada
Lo primero es cocer las remolachas, en una olla a presión, durante unos 20-25 minutos, cubiertas por agua. Yo os recomiendo cocer varias a la vez, porque aguantan refrigeradas unos cuantos días. Picar la remolacha en pequeños dados. Por otro lado pelar la manzana y trocearla en trozos iguales a los de remolacha. Aliñar con aceite de oliva, unas gotas de vinagre y sal. Reservar.
Preparar el aceite de espinaca para la decoración, triturando unas hojas de espinaca con un poquito de aceite de oliva y corregir hasta la textura deseada con un poquito de agua.
Colocar en un plato con un aro metálico la mezcla de remolacha y manzana aliñada y un poquito del caldo de cocción de las primeras. Presionar bien y colocar encima la bolita de burrata. Pelar los langostinos crudos (previamente congelados) y abrir la cola para retirar el intestino negro y colocar al rededor. Puedes hacerlo con salmón ahumado si lo prefieres.
Retirar el aro y terminar de decorar con el aceite de espinaca, las semillas de sésamo y la ralladura de lima.
*Quizás este queso te suene a nuevo, es un tipo de queso italiano, con un valor calórico no bajo, por lo que os recomiendo que sea una ración a compartir entre varios dado su contenido alto en grasas saturadas. Puede identificarse similar a la mozarella (un buen cambio si se quiere reducir el aporte graso), pero su textura y elaboración son distintos, también diferenciados por su precio, siendo la Burrata un queso relativamente nuevo en nuestro entorno. Este queso tiene una membrana externa más dura, alojando en su interior una pasta cremosa.